miércoles, 29 de abril de 2009

Una Carroña

Una Carroña - Charles Baudelaire




Recuerdas el objeto que vimos, mi alma,

Aquella hermosa mañana de estío tan apacible;

A la vuelta de un sendero, una carroña infame

Sobre un lecho sembrado de guijarros,


Las piernas al aire, como una hembra lúbrica,

Ardiente y exudando los venenos,

Abría de una manera despreocupada y cínica

Su vientre lleno de exhalaciones.


El sol dardeaba sobre aquella podredumbre,

Como si fuera a cocerla a punto,

Y restituir centuplicado a la gran Natura,

Todo cuanto ella había juntado;


Y el cielo contemplaba la osamenta soberbia

Como una flor expandirse.

La pestilencia era tan fuerte, que sobre la hierba

Tú creíste desvanecerte.


Las moscas bordoneaban sobre ese vientre podrido,

Del que salían negros batallones

De larvas, que corrían cual un espeso líquido

A lo largo de aquellos vivientes harapos.


Todo aquello descendía, subía como una marea,

O se volcaba centelleando;

Hubiérase dicho que el cuerpo,

inflado por un soplo indefinido,

Vivía multiplicándose.


Y este mundo producía una extraña música,

Como el agua corriente y el viento,

O el grano que un cosechador con movimiento rítmico,

Agita y revuelve en su harnero.


Las formas se borraron y no fueron sino un sueño,

Un esbozo lento en concretarse,

Sobre la tela olvidada, y que el artista acaba

Solamente para el recuerdo.


Detrás de las rocas una perra inquieta

Nos vigilaba con mirada airada,

Espiando el momento de recuperar del esqueleto

El trozo que ella había aflojado.


—Y sin embargo, tú serás semejante a esa basura,

A esa horrible infección,

Estrella de mis ojos, sol de mi natura,

¡Tú, mi ángel y mi pasión!


¡Sí! así estarás, oh reina de las gracias,

Después de los últimos sacramentos,

Cuando vayas, bajo la hierba y las floraciones crasas,

A enmollecerte entre las osamentas.


¡Entonces, ¡oh mi belleza! Dile a la gusanera

Que te consumirán los besos,

Que yo he conservado la forma y la esencia divina

De mis amores descompuestos!

martes, 28 de abril de 2009

Poe...

Acá...Jorge Luis Borges hablando sobre el Gran Edgar Allan Poe; fruto de su lamentable vida y la neurosis que eso le genero y genera hoy:
Como muchos otro grandes, Poe tuvo que padecer la pobreza, las enfermedades, el rechazo general, las malas interpretación sobre el y sobre su obra, etc...el sacrificio que es caro pasar pero preciso.


_Detrás de Poe, (como detrás de Swift, de Carlyle, de Almafuerte) hay una neurosis. Interpretar su obra en función de esa anomalía puede ser abusivo o legítimo. Es abusivo cuando se alega la neurosis para invalidar o negar la obra; es legítimo cuando se busca en la neurosis un medio para entender su génesis. Arthur Schopenhauer ha escrito que no hay circunstancia de nuestra vida que no sea voluntaria; en la neurosis, como en otras desdichas, podemos ver un artificio del individuo para lograr un fin. La neurosis de Poe le habría servido para renovar el cuento fantástico, para multiplicar las formas literarias del horror. También cabría decir que Poe sacrificó la vida a la obra, el destino mortal al destino póstumo.
Nuestro siglo es más desventurado que el XIX; a ese triste privilegio se debe que los infiernos elaborados ulteriormente (por Henry James, por Kafka) sean más complejos y más íntimos que el de Poe. La muerte y la locura fueron los símbolos de que éste se valió para comunicar su horror de la vida; en sus libros tuvo que simular que vivir es hermoso y que lo atroz es la destrucción de la vida, por obra de la muerte y de la locura. Tales símbolos atenúan su sentimiento; para el pobre Poe el mero hecho de existir era atroz. Acusado de imitar la literatura alemana, pudo responder con verdad: El terror no es de Alemania, es del alma. Harto más firme y duradera que las poesías de Poe es la figura de Poe como poeta, legada a la imaginación de los hombres. (Lo mismo ocurre con Lord Byron, tal vez con Goethe). Algún verso inmemorable - Was it not Fate, that, on this July midnight - honra y acaso justifica sus páginas, lo demás es mera trivialidad, sensiblería, mal gusto, débiles remedos de Thomas Moore. Aldous Huxley se ha distraído vertiendo al singular dialecto de Poe alguna estrofa sentenciosa de Milton; el resultado es lamentable, sin bien cabría objetar que un párrafo de El escarabajo de oro o de Berenice, traducido a la inextricable prosa del Tetrachordon, lo sería aún más. Nuestra imagen de Poe, la de un artífice que premedita y ejecuta su obra con lenta lucidez, al margen del favor popular, procede menos de las piezas de Poe que de la doctrina que enuncia en el ensayo The philosophy of composition. De esa doctrina, no de Dreamland o de Israfel, se derivan Mallarmé y Paul Valéry. Poe se creía poeta, sólo poeta, pero las circunstancias lo llevaron a escribir cuentos, y esos cuentos a cuya escritura se resignó y que debió encarar como tareas ocasionales, son su inmortalidad. En algunos (La verdad sobre el caso del señor Valdemar, Un descenso al Maelström) brilla la invención circunstancial; otros (Ligeia, La máscara de la Muerte Roja, Eleonora) prescinden de ella con soberbia y con inexplicable eficacia. De otros (Los crímenes de la Rue Morgue, La carta robada) procede el caudaloso género policial que hoy fatiga las prensas y que no morirá del todo, porque también lo ilustran Wilkie Collins y Stevenson y Chesterton. Detrás de todos, animándolos, dándoles fantástica vida, están la angustia y el terror de Edgar Allan Poe. Espejo de las arduas escuelas que ejercen el arte solitario y que no quieren ser voz de los muchos, padre de Baudelaire, que engendró a Mallarmé, que engendró a Valery, Poe indisolublemente pertenece a la historia de las letras occidentales, que no se comprende sin él. También, y esto es más importante y más íntimo, pertenece a lo intemporal y a lo eterno, por algún verso y por muchas páginas incomparables. De éstas yo destacaría las últimas del Relato de Arthur Gordon Pym de Nantucket, que es una sistemática pesadilla cuyo tema secreto es el color blanco.
Shakespeare ha escrito que son dulces los empleos de la adversidad; sin la neurosis, el alcohol, la pobreza, la soledad irreparable, no existiría la obra de Poe. Esto creó un mundo imaginario para eludir un mundo real; el mundo que soñó perdurará, el otro es casi un sueño.
Inaugurada por Baudelaire, y no desdeñada por Shaw, hay la costumbre pérfida de admirar a Poe contra los Estados Unidos, de juzgar al poeta como un ángel extraviado, para su mal, en ese frío y ávido infierno. La verdad es que Poe hubiera padecido en cualquier país. Nadie, por lo demás, admira a Baudelaire contra Francia o a Coleridge contra Inglaterra.

(la foto aquí expuesta es real...es Poe. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia!! je!)

Joel-Peter Witkin

Joel-Peter Witkin es, para mi, una de las cosas mas retorcidas que ha salido de "yanqui-landia"...

Un fantastico fotografo de lo bizarro...tan fantastico que no vale la pena que yo les diga...just look it!
















(Esta es solo la primera parte. Les prometo mucho mas.)



Anywhere Out Of The World


Acá les dejo mi primer aporte...mi gran amigo Charles Baudelaire.


Para el que no sepa, Charles Baudelaire fue un excelente e iluminado poeta francés.

Uno de los grandes del movimiento simbolista y el principal "cabeza" de los llamados "Poetas malditos".





ANYWHERE OUT OF THE WORLD
La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído del deseo de cambiar de cama. Este quisiera sufrir frente al calefactor y aquél supone que se curaría al lado de la ventana.
Siempre me parece que estaría mejor donde no estoy, y este problema de mudanza lo discuto con mi alma infatigablemente.
"Dime alma mía, fría y pobre alma, ¿qué dirías si fuéramos a Lisboa? Debe hacer calor, y te regodearías como lagarto. La ciudad está a la orilla del río; cuentan que está edificada en mármol, y que el pueblo detesta a tal grado lo vegetal que arranca los árboles. ¡Es un paisaje para tu gusto, un paisaje hecho de luz y mineral, y con lo líquido para reflejarlos!"
Mi alma no contesta.
"Pues te agrada tanto el reposo, con el espectáculo del movimiento, ¿quieres ir a vivir a Holanda, tierra beatífica? Acaso te divertirías en este país del que has admirado a menudo la imagen en los museos. A ti que te agradan las forestas de mástiles y los navíos amarrados al pie de las casas, ¿qué te parecería Rotterdam?"
Mi alma sigue muda.
"¿Te sonreiría tal vez Batavia? Encontraríamos además el espíritu de Europa en nupcias con la belleza tropical".
Ni una palabra ¿habrá muerto mi alma?
"Has llegado, pues, a un grado tal de entorpecimiento que sólo disfrutas de tu mal? Si es así, huyamos hacia los países que son analogías de la muerte. ¡Conozco mi negocio, pobre alma! Hagamos maletas para ir a Borneo. Iremos más lejos aún, al último extremo del Báltico; más lejos de la vida, si es posible, instalémonos en el polo. Allí el sol sólo toca oblicuamente la tierra, y las lentas alternancias de la luz y la noche suprimen la variedad y alimentan la monotonía, esa mitad de la nada. ¡Allí tomaremos baños prolongados de tinieblas, pese a que, para divertirnos, las auroras boreales nos enviarán de vez en vez haces rosados, como reflejos artificiales del infierno!".
Al fin mi alma estalló y gritó con sabiduría: "¡No importa dónde! ¡No importa! ¡Pero fuera del mundo!"
– Charles Baudelaire

No se asusten...es solo la vida...en plena descomposición!



Entre tanta putrefacion y bizarría...

se me ocurrió esta pandemia para acortar los días...

Este pequeña araña a comido mucha vida y se dispone a hilar nuevas fantásticas ironías ...

no me pregunte necedades...

disfruten del blog...